Resumen. El final de la Guerra Civil española supuso la instauración de la Dictadura de Franco y el desmantelamiento de las políticas sanitarias de la II República. En el terreno concreto de la psiquiatría el nuevo Estado truncó y desmanteló la reforma psiquiátrica emprendida en el periodo republicano. En su lugar los psiquiatras afines al nuevo estado, nucleados entorno a las figuras de Antonio Vallejo Nágera y Juan José López Ibor, invirtieron sus esfuerzos en borrar su obra, intentando construir una psiquiatría “Nacional” acorde con los postulados del nuevo régimen. La dictadura trajo consigo una psiquiatría dura, de combate y de represión que se fue forjando durante la Guerra Civil.
En el presente trabajo pretendemos estudiar las bases de la higiene mental, entendida como higiene racial y moral, durante el primer franquismo, así como su evolución hasta 1960. La higiene mental durante el primer franquismo se transformó en un mero instrumento retórico para apuntalar el régimen, desapareciendo el trabajo concreto y el análisis sobre los problemas relacionados con la salud mental de los ciudadanos y su prevención. Aunque, la Ley de Bases de la Sanidad de 1944 contemplaba la existencia de los dispensarios, la realidad fue que la higiene mental no formaba parte las prioridades políticas. Prueba de ello, es que España no fue invitada oficialmente a participar en el Congreso Internacional de Higiene Mental celebrado en Londres en 1948 al no constar la existencia de la Liga de Higiene Mental española.
En este sentido, en primer lugar abordaremos el análisis de la conceptualización de la higiene mental en la década de 1940, mostrando las implicaciones del catolicismo ortodoxo en dicha configuración así como sus implicaciones eugenésicas, marcando las diferencias con las políticas raciales del fascismo italiano y el nazismo alemán. En dicho análisis marcaremos subrayaremos las diferencias con el periodo republicano así como las propuestas de creación de un nuevo entramado psiquiátrico asistencial fundamentado en la autarquía nacionalcatólica. En segundo lugar, estudiaremos la evolución del concepto en la década de 1950, subrayando tanto las políticas reales de carácter asistencial llevadas a cabo en este terreno como el viraje hacia una mayor “tecnificación” de la propia higiene mental y la proliferación de propuestas, leyes, cursos y reuniones científicas sobre la cuestión. En este sentido, y sin abandonar nunca el sustrato ideológico del catolicismo, la higiene mental entendida como higiene racial irá dejando paso a una higiene mental más acorde con las corrientes más modernas de la psiquiatría coétanea. Para ello nos centraremos en el análisis tanto de la Semana de Higiene Mental celebrada en Barcelona en 1954 como en la creación del Patronato Nacional de Asistencia Psiquiátrica (PANAP) que asumió entre sus competencias las de la Higiene mental.
Ricardo Campos. Dpto de Historia de la Ciencia. Instituto de Historia. CCHS-CSIC. Madrid.
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