Estimados suscriptores, con gusto damos a conocer a los amantes de la literatura, la última novela del escritor Bernardo Esquinca (1972) titulada Carne de Ataúd, (México, Almadía, 2016). Es una obra fascinante que aborda con soltura los géneros fantástico, policiaco, de terror y la novela negra. En la trama se entremezclan deliciosamente sucesos y personajes históricos con invenciones ficticias para dar cuenta del mundo de los bajos fondos de finales del siglo XIX e inicios del XX en la ciudad de México. Con una prosa elegante y contundente, el autor recrea las sesiones espíritas realizadas por una inquietante francesita, el pulso vigilante de la criminología encabezada por Carlos Roumagnac, las trifulcas provocadas por el ilustrador decadente Julio Ruelas y, en general, la fascinación y rechazo que suscitaba el fenómeno criminal en una urbe progresista acostumbrada cada día a los hechos de sangre. Eugenio Casasola es un reporter que trabaja para El Imparcial -primer periódico “moderno” fundado en 1896 y vocero del régimen de Porfirio Díaz-, quien antaño se había obsesionado con los crímenes de El Chalequero, el Jack Destripador mexicano, pero veinte años después, el despiadado criminal parece estar de vuelta. Desde el Manicomio General La Castañeda, Eugenio Casasola recuerda abatido las calurosas tardes con su amada prostituta, el incansable oficio del reportaje sensacionalista y advierte sobre una nueva bestia que asecha a los mexicanos, figura misteriosa e inquietante que lo puso en los bordes de la indignación y la locura. ¿Por qué razón Eugenio Casasola fue recluido en el manicomio? ¿Qué nuevo fantasma criminal perturba al México moderno de los porfiristas? Estas son algunas de las interrogantes que se desarrollan con maestría en esta novela de la que estamos seguros, despertará en los lectores nuevas inquietudes a la luz del siglo XXI.